BACHILLERATO JAMBELI
HISTORIA
Y CIENCIAS SOCIALES
INTEGRANTES:
vPatricia vega
vMichel Orellana
vMichelle Sánchez
vJoselyn avilés
CURSO:
2DO BACHILLERATO “B``
PROFESOR:
MARCEL MOSQUERA
Poblamiento Inicial del Actual Ecuador
La historia
comienza hace unos 11.000 años. Hacia esta fecha el país ha salido ya de una de
las épocas más frías de la glaciación Wisconsin y se instaura un procesa de
mejoramiento climático, que tardará algunos milenios en alcanzar las
condiciones actuales. El hombre ocupa el territorio nacional y se expande por
la Sierra y la costa modificando paulatinamente el medio ambiente en su
beneficio. Los primeros pobladores practicaban una subsistencia de caza y
recolección, formando bandas dispersas con territorios relativamente fijos. Los
vestigios arqueológicos se reducen en su mayoría a conjuntos de artefactos de
piedra abandonados en los campamentos prehistóricos. Más los restos humanos se
han revelado esquivos a la pala del arqueólogo. En efecto, las investigaciones
han fallado sistemáticamente en encontrarlos en los niveles de ocupación
temprana del país. Por otro lado, los pocos especímenes conocidos, a los que se
dio gran antigüedad, resultaron, para desilusión de los científicos, demasiado
recientes: el famoso cráneo de Punín datado en 4.950 a C.; los cráneos de
Paltacalo, atribuidos una edad reciente (tal vez el período de Integración), y
en el cráneo de Otavalo, ubicado en el primer milenio antes de Cristo.
De mayor
trascendencia para el conocimiento de la población paleoecuatoriana es el
hallazgo de los restos de al menos 192 individuos en las excavaciones del sitio
OGSE-80 de la cultura Las Vegas, en la península de Santa Elena. Dataciones
radiocarbónicas ubican estos restos entre 6.300 y 4.600 a C., constituyendo,
por tanto, los vestigios humanos más antiguos del Ecuador.
Oleadas Migratorias de los Cazadores Superiores
Los primeros habitantes de América llegaron al nuevo continente hace más de 15.000 años procedentes de Asia en tres oleadas migratorias, según un equipo internacional con representación de científicos españoles y latinoamericanos, cuyo estudio publica hoy la revista “Nature”.
El estudio del
genoma de una amplia selección de tribus indígenas americanas, desde
Canadá hasta Tierra del Fuego, ha permitido demostrar que proceden de al
menos tres oleadas migratorias de pobladores asiáticos que cruzaron al
nuevo continente a través del estrecho de Bering, en Siberia.
Durante las épocas glaciares -hace más de 15.000 años- este estrecho
permaneció congelado y sirvió como puente entre los dos continentes.
La Historia del Ecuador es un conjunto de sucesos en el tiempo, en el cual los territorios que actualmente pertenecen a la República del Ecuador cambian en su aspecto físico y forma de gobierno. La historia de la República puede dividirse en cuatro etapas: etapa Prehispánica, etapa Hispánica (Conquista, Colonización y Colonia), Independencia y República.
La historia de Ecuador inicia con las culturas prehispánicas hasta la invasión Inca, luego de esto surge la Conquista Española para luego con las fundaciones de San Francisco de Quito, San Gregorio de Portoviejo y Santiago de Guayaquil, empieza la era político-administrativa española que duraría hasta la época de la independencia, cuando surge la nación colombiana de Simón Bolívar y luego al dividirse formaría lo que hoy se llama República del Ecuador.
SOCIEDADES ABORÍGENES
SOCIEDADES DE CAZADORES RECOLECTORES
Es mucho más complejo de lo que parece a simple vista, ya que no sólo conlleva una serie de actividades concretas destinadas a garantizar la supervivencia de un grupo ligadas a una forma de organización económica. El conjunto de actividades de la vida cotidiana, un mundo espiritual, unos modos sociales determinados y la organización interna concreta de los cazadores-recolectores presentan algunas tendencias que frecuentemente los diferencian de las sociedades estatales basadas en el sedentarismo y la agricultura. Es decir, el concepto de cazadores-recolectores, no sólo se refiere a un tipo de organización económica, sino que frecuentemente se correlaciona con determinado tipo de organización social y una determinada ideología.
En la década de los sesentas las excavaciones extrajeron entre 80.000 artefactos líticos, la mayoría de ellos de obsidiana, lo que revela que este material volcánico fue utilizado constantemente como materia prima. La mayoría del material encontrado está constituido por herramientas para cortar, raspar, perforar tales como puntas de flecha y puntas de proyectil, raspadores, raederas, cuchillos.
La antigüedad del lugar, según muestran los estudios realizados en carbono, indican que El Inga fue ocupado por unos 5,000 años desde el 7080 a.C. hasta 1969 a.C. Es por ello que se le ubica dentro del período paleolítico o paleo indio que corresponde al estadio cultural de caza, pesca y recolección en el Ecuador.
El Inga se encuentra entre Sangolquí y Pifo. Hasta allí llegaron estos primeros pobladores atraídos por la abundancia de recursos minerales que ocupaban para la elaboración de sus armas y utensilios como el basalto y la obsidiana. Para ingresar al sitio arqueológico el Inga debe tomar el desvío en el Km. 7.5 Vía Pifo-Sangolquí.
Al principio del Holoceno (ca. 10 000 a.C.) se extinguieron casi todas l las presas de gran tamaño, megafauna, en muchas zonas del Callejóninterandino persistió, hasta el establecimiento de la agricultura y la sedentarización (posiblemente hasta alrededor del año 2000 a.C.), el modo de vida de los cazadores especializados o Paleoindio.Otra forma de vida del Hombre Temprano corresponde a los recolectores especializados con dependencia muy secundaria en la caza, la denominada "Arcaico" (10 000 a 4000 a.C.). En estas sociedades, aunquetampoco tenían una residencia permanente, sus movimientos más que estar ligados de sus las presas de caza (esto podía ocurrir esporádicamente o en cierta estación del año) dependía más de laabundancia de ciertos alimentos vegetales en un lugar y momento determinado, o la de moluscos (terrestres o acuáticos) y/o crustáceos, los concentraciones estacionales de peces en un determinado lugar, etc.Esto, aunque no produjo el asentamientos permanentes si propició una forma de vida con agrupaciones y dispersiones de los grupos familiares ("bandas") de manera estacional, con poblados base donde enuna época del año se producían agregaciones de muchas bandas en un lugar determinado donde en aquella época había una especial abundancia de alimentos muy deseados. Estas concentraciones socialesllevaba a producir alianzas, uniones matrimoniales, intercambios la participación en actividades sociales y ceremonias de carácter comunitario.
vestigios y trascendencia historica
La Historia del Ecuador es un conjunto de sucesos en el tiempo, en el cual los territorios que actualmente pertenecen a la República del Ecuador cambian en su aspecto físico y forma de gobierno. La historia de la República puede dividirse en cuatro etapas: etapa Prehispánica, etapa Hispánica (Conquista, Colonización y Colonia), Independencia y República.
La historia de Ecuador inicia con las culturas prehispánicas hasta la invasión Inca, luego de esto surge la Conquista Española para luego con las fundaciones de San Francisco de Quito, San Gregorio de Portoviejo y Santiago de Guayaquil, empieza la era político-administrativa española que duraría hasta la época de la independencia, cuando surge la nación colombiana de Simón Bolívar y luego al dividirse formaría lo que hoy se llama República del Ecuador.
CONFIGURACION DE LAS SOCIEDADES ABORIGENES
La época aborigen es la primera etapa de la historia del Ecuador que inicio desde el momento enque aparecieron los primeros habitantes en su territorio, aproximadamente entre los años 15000 y12000 A.C., y se prolongó hasta la llegada de los europeos, a partir de 1534. Los estudiosos handividido esta larga etapa en varios periodos: Paleoindio o Precerámico (o edad de los recolectores),Formativo, Desarrollo Regional, Integración o Período Incaico. La época aborigen presentó desdeformas de organización social basadas en asentamientos aislados hasta estudios superiores en losque las aldeas se convirtieron en verdaderos centros ceremoniales, ligados a la organización y eldesarrollo de complejos sistemas agrícolas.
SOCIEDADES ABORÍGENES
SOCIEDADES DE CAZADORES RECOLECTORES
Es mucho más complejo de lo que parece a simple vista, ya que no sólo conlleva una serie de actividades concretas destinadas a garantizar la supervivencia de un grupo ligadas a una forma de organización económica. El conjunto de actividades de la vida cotidiana, un mundo espiritual, unos modos sociales determinados y la organización interna concreta de los cazadores-recolectores presentan algunas tendencias que frecuentemente los diferencian de las sociedades estatales basadas en el sedentarismo y la agricultura. Es decir, el concepto de cazadores-recolectores, no sólo se refiere a un tipo de organización económica, sino que frecuentemente se correlaciona con determinado tipo de organización social y una determinada ideología.
INGA
Es campamento porque las
evidencias encontradas muestran que allí se realizaban diversas
actividades como el raspado de la madera, el cuero y el cuerno, y la
elaboración de instrumentos de piedra.En la década de los sesentas las excavaciones extrajeron entre 80.000 artefactos líticos, la mayoría de ellos de obsidiana, lo que revela que este material volcánico fue utilizado constantemente como materia prima. La mayoría del material encontrado está constituido por herramientas para cortar, raspar, perforar tales como puntas de flecha y puntas de proyectil, raspadores, raederas, cuchillos.
La antigüedad del lugar, según muestran los estudios realizados en carbono, indican que El Inga fue ocupado por unos 5,000 años desde el 7080 a.C. hasta 1969 a.C. Es por ello que se le ubica dentro del período paleolítico o paleo indio que corresponde al estadio cultural de caza, pesca y recolección en el Ecuador.
El Inga se encuentra entre Sangolquí y Pifo. Hasta allí llegaron estos primeros pobladores atraídos por la abundancia de recursos minerales que ocupaban para la elaboración de sus armas y utensilios como el basalto y la obsidiana. Para ingresar al sitio arqueológico el Inga debe tomar el desvío en el Km. 7.5 Vía Pifo-Sangolquí.
CHOBSHI
Durante el Período Precerámico (10000 a.C.-3500 a.C.)
Según los vestigios arqueológicos y antropológicos, encontrados en
Chobshi y Cubilán, se sabe que los primeros habitantes delárea datan del
año 8060 a.C. siendo estos cazadores nómadas y recolectores. Su
presencia se extiende hasta aproximadamente el año 5580 a.C., desde esa
fecha los asentamientos humanos desaparecen y noes hasta el 2000 a.C.
que vuelven a aparecer sociedades.Al principio del Holoceno (ca. 10 000 a.C.) se extinguieron casi todas l las presas de gran tamaño, megafauna, en muchas zonas del Callejóninterandino persistió, hasta el establecimiento de la agricultura y la sedentarización (posiblemente hasta alrededor del año 2000 a.C.), el modo de vida de los cazadores especializados o Paleoindio.Otra forma de vida del Hombre Temprano corresponde a los recolectores especializados con dependencia muy secundaria en la caza, la denominada "Arcaico" (10 000 a 4000 a.C.). En estas sociedades, aunquetampoco tenían una residencia permanente, sus movimientos más que estar ligados de sus las presas de caza (esto podía ocurrir esporádicamente o en cierta estación del año) dependía más de laabundancia de ciertos alimentos vegetales en un lugar y momento determinado, o la de moluscos (terrestres o acuáticos) y/o crustáceos, los concentraciones estacionales de peces en un determinado lugar, etc.Esto, aunque no produjo el asentamientos permanentes si propició una forma de vida con agrupaciones y dispersiones de los grupos familiares ("bandas") de manera estacional, con poblados base donde enuna época del año se producían agregaciones de muchas bandas en un lugar determinado donde en aquella época había una especial abundancia de alimentos muy deseados. Estas concentraciones socialesllevaba a producir alianzas, uniones matrimoniales, intercambios la participación en actividades sociales y ceremonias de carácter comunitario.
CUBILAN
La época aborigen es la primera etapa de la historia del Ecuador
que inicio desde el momento en que aparecieron los primeros habitantes
en su territorio, aproximadamente entre los años 15000 y 12000 A.C., y
se prolongó hasta la llegada de los europeos, a partir de 1534. Los
estudiosos han dividido esta larga etapa en varios periodos: Paleoindio o
Precerámico (o edad de los recolectores), Formativo, Desarrollo
Regional, Integración o Período Incaico. La época aborigen presentó
desde formas de organización social basadas en asentamientos aislados
hasta estudios superiores en los que las aldeas se convirtieron en
verdaderos centros ceremoniales, ligados a la organización y el
desarrollo de complejos sistemas agrícolas.
EL COMPLEJO LAS VEGAS
El complejo las Vegas fue la primera
cultura que se asentó en los actuales territorios del Ecuador
en el holoceno
y pleistoceno
tardío en la costa entre 8000 AC y 4600 AC. Existen 31 asentamientos de esta
cultura en la península de Santa Elena, provincia homónima.1
El pueblo de Las Vegas se dedicó a la caza y recolección,
y además desarrolló técnicas primitivas de agricultura.
Aparentemente utilizaron huesos y espátulas para a fin de producir redes y
textiles junto a varias herramientas y envases hechos de conchas.
Adicionalmente, se especula que usaron madera, corteza de árbol, bambú,
y caña
como herramientas de su agricultura.2
La cultura Las Vegas representa una adaptación
pre-Valdivia, y ofrece observar un antecedente
cultural del Período Formativo en el
sureste ecuatoriano
PRINCIPALES SOCIADADES AGRICOLAS
La sociedad agrícola, es un grupo el cual se caracteriza por
tener diferentes técnicas y por supuesto diversos conocimientos a la hora de
cultivar la tierra, incluyendo el sector primario, el cual se el encargado de
todos los procesos a la hora de cultivar. En ella se pueden encontrar
diferentes trabajosPRINCIPALES SOCIADADES AGRICOLAS
VALDIVIA
El desarrollo de la cultura valdiviana dio paso en la misma región a la cultura Machalilla y muchos de sus elementos culturales, como la cerámica, se difundirían rápidamente hacia las áreas vecinas.
La gente de esta cultura fueron ceramistas que fabricaron figurillas femeninas, las más antiguas de piedra y luego de barro, a veces sencillas y otras más elaboradas,eran objetos relacionados con la fertilidad y la salud. El caso de la cultura Valdivia
La cerámica valdiviana es la más antigua de América. Restos de cerámica valdiviana en el Museo de La Plata (Argentina). El descubrimiento de esta cerámica tan antigua fue en un baño público de la costa ecuatoriana, hace algunas décadas, trajo consigo fama para el Ecuador, desde el punto de vista arqueológico; pues la cultura valdivia aparece como una verdadera cultura del Periodo formativo. No hay duda de que los valdivianos siguieron las tradiciones arcaicas de la caza, la pesca y la recolección de moluscos, pero no se encuentran hasta ahora pruebas claras de que la valdiviana fuese una cultura
Estos pueblos, pertenecientes a la tradición Valdivia, desarrollaron un nuevo estilo cerámico al que conocemos como Machalilla.
El paisaje en el que se desarrollaron se caracterizaba por el predominio de zonas de manglar seguidas por un exuberante bosque húmedo tropical. Así, sus principales fuentes de subsistencia fueron el manglar y la pesca de conchas, camarones y cangrejos.
Manejaron embarcaciones capaces de alcanzar grandes distancias desde la playa que les permitieron conseguir peces de aguas profundas como el atún y el picudo.
Complementaron su dieta con la caza de una gran variedad de animales que habitan el bosque húmedo como el venado pequeño, la zarigüeya o el saino y una horticultura incipiente.
Los arqueólogos identificaron aldeas y centros poblados con montículos ceremoniales y cementerios.
En Salango, antiguo centro ceremonial, los arqueólogos excavaron la tumba de una mujer Machalilla enterrada en posición recogida cuyo cuerpo estaba protegido por una gran pieza cerámica en forma de caparazón de tortuga.
Durante este período, aparecen, por primera vez en el continente americano, las famosas botellas con asa en forma de estribo, las figuras huecas con ojos en forma de granos de café, las múltiples perforaciones en labios y orejas y la pintura roja y blanca.
CHORRERA
Entre los años 950 y 350 ANE., los pueblos Chorrera ocuparon la Costa del Ecuador y se extendieron dentro del territorio, a lo largo de las costas del río Guayas y sus ríos tributarios.
Los arqueólogos han identificado restos de esta cultura en el sitio Chorrera, en la provincia del Guayas, y en la población de Salango, en la provincia de Manabí.
El bosque húmedo tropical en el que habitaron les proporcionó los recursos naturales necesarios para desarrollar una intensa actividad agrícola y pesquera. Un gran número de personas dedicó su tiempo al cultivo de maíz, zapallo, yuca, tomate y fréjol.
Su dedicación los condujo a la implementación de una nueva tecnología agrícola: el uso de camellones cerca de los ríos en zonas que se inundaban con gran facilidad. Los camellones o campos elevados de cultivo son acumulaciones de tierra entre las cuales se construyen canales de agua que a su vez sirven como criaderos de peces.
Los Chorrera se inspiraron en las formas de la naturaleza y, especialmente, en la cantidad de productos que cultivaban, para la creación de vasijas, botellas rituales, platos, silbatos, flautas, sellos y figurines huecos cada vez más finos y livianos, más pulidos e iridiscentes, más coloridos, elaborados y complejos.
El período en el que estos pueblos se desarrollaron fue de gran comunicación e intercambio entre regiones. Los ríos tributarios del río Guayas les sirvieron como vía principal de comunicación con sus vecinos. Entre sus principales actividades comerciales figura el intercambio de productos agrícolas por piedras, como el cristal de roca y la obsidiana, útiles para la elaboración de adornos y objetos de poder.
El desarrollo de la cultura valdiviana dio paso en la misma región a la cultura Machalilla y muchos de sus elementos culturales, como la cerámica, se difundirían rápidamente hacia las áreas vecinas.
La gente de esta cultura fueron ceramistas que fabricaron figurillas femeninas, las más antiguas de piedra y luego de barro, a veces sencillas y otras más elaboradas,eran objetos relacionados con la fertilidad y la salud. El caso de la cultura Valdivia
La cerámica valdiviana es la más antigua de América. Restos de cerámica valdiviana en el Museo de La Plata (Argentina). El descubrimiento de esta cerámica tan antigua fue en un baño público de la costa ecuatoriana, hace algunas décadas, trajo consigo fama para el Ecuador, desde el punto de vista arqueológico; pues la cultura valdivia aparece como una verdadera cultura del Periodo formativo. No hay duda de que los valdivianos siguieron las tradiciones arcaicas de la caza, la pesca y la recolección de moluscos, pero no se encuentran hasta ahora pruebas claras de que la valdiviana fuese una cultura
MACHALILLA
Entre el 1600 y el 950 a. n.e., los Machalilla vivieron en la Costa ecuatoriana en algunos de los lugares anteriormente ocupados por los Valdivia, desde la provincia del Oro, en el sur, hasta la provincia de Esmeraldas, en el norte.Estos pueblos, pertenecientes a la tradición Valdivia, desarrollaron un nuevo estilo cerámico al que conocemos como Machalilla.
El paisaje en el que se desarrollaron se caracterizaba por el predominio de zonas de manglar seguidas por un exuberante bosque húmedo tropical. Así, sus principales fuentes de subsistencia fueron el manglar y la pesca de conchas, camarones y cangrejos.
Manejaron embarcaciones capaces de alcanzar grandes distancias desde la playa que les permitieron conseguir peces de aguas profundas como el atún y el picudo.
Complementaron su dieta con la caza de una gran variedad de animales que habitan el bosque húmedo como el venado pequeño, la zarigüeya o el saino y una horticultura incipiente.
Los arqueólogos identificaron aldeas y centros poblados con montículos ceremoniales y cementerios.
En Salango, antiguo centro ceremonial, los arqueólogos excavaron la tumba de una mujer Machalilla enterrada en posición recogida cuyo cuerpo estaba protegido por una gran pieza cerámica en forma de caparazón de tortuga.
Durante este período, aparecen, por primera vez en el continente americano, las famosas botellas con asa en forma de estribo, las figuras huecas con ojos en forma de granos de café, las múltiples perforaciones en labios y orejas y la pintura roja y blanca.
CHORRERA
Entre los años 950 y 350 ANE., los pueblos Chorrera ocuparon la Costa del Ecuador y se extendieron dentro del territorio, a lo largo de las costas del río Guayas y sus ríos tributarios.
Los arqueólogos han identificado restos de esta cultura en el sitio Chorrera, en la provincia del Guayas, y en la población de Salango, en la provincia de Manabí.
El bosque húmedo tropical en el que habitaron les proporcionó los recursos naturales necesarios para desarrollar una intensa actividad agrícola y pesquera. Un gran número de personas dedicó su tiempo al cultivo de maíz, zapallo, yuca, tomate y fréjol.
Su dedicación los condujo a la implementación de una nueva tecnología agrícola: el uso de camellones cerca de los ríos en zonas que se inundaban con gran facilidad. Los camellones o campos elevados de cultivo son acumulaciones de tierra entre las cuales se construyen canales de agua que a su vez sirven como criaderos de peces.
Los Chorrera se inspiraron en las formas de la naturaleza y, especialmente, en la cantidad de productos que cultivaban, para la creación de vasijas, botellas rituales, platos, silbatos, flautas, sellos y figurines huecos cada vez más finos y livianos, más pulidos e iridiscentes, más coloridos, elaborados y complejos.
El período en el que estos pueblos se desarrollaron fue de gran comunicación e intercambio entre regiones. Los ríos tributarios del río Guayas les sirvieron como vía principal de comunicación con sus vecinos. Entre sus principales actividades comerciales figura el intercambio de productos agrícolas por piedras, como el cristal de roca y la obsidiana, útiles para la elaboración de adornos y objetos de poder.
ATACAMES
La Cultura Atacames es la expresión más septentrional del Período de Integración en Ecuador. Se ubica en la provincia de Esmeraldas, y ha sido definida fundamentalmente por las excavaciones arqueológicas de los sitios de Atacames, Balao y Tonsupa, todos en la línea de costa.
Atacames-Castelnuovo: Es el sitio en el que se definió la cultura que comentamos. La bahía de Atacames se abre en la costa a 20,5 Km. hacia el sur de la desembocadura del río Esmeraldas y tiene una extensión de 6 Km. El yacimiento ocupa unas 127 hectáreas, donde se localizaron 65 montículos habitacionales en la Hacienda Castelnuovo, aunque existen evidencias de otros muchos.
Dos son las tolas que destacan por el tipo de material asociado, E-69 y E-86, que incluyen artefactos de tipo ornamental o suntuario y ceremonial. Alcina sugiere que pudiera tratarse de templos; por otro lado, E-101 y E-86 también han servido de enterramientos.
Las investigaciones en este yacimiento principal, han permitido distinguir dos fases: Atacames Temprano (700-1100 d.C.) y Atacames Tardío (1100-1526 d.C.). En esta última se intensifican los rasgos ya delineados en la primera y se vincula con la fase Balao.
El asentamiento, tal y como fue visto por los españoles en 1527, era un gran poblado con 1000 ó 1500 casas, calles, plazas. Como manifestación expresa, aunque seguramente sobrevalorada, de esta copiosa población, comenta Xerez que, les "salieron a recibir más de diez mil indios de guerra" .
Balao (E-1): situado sobre un pequeño acantilado, junto al estero del mismo nombre, muestra un asentamiento de tipo disperso, en esto se diferencia de Atacames, además la ausencia de cerámica de lujo. La similitud de los tipos ordinarios con la de Atacames sugiere que se trata de una aldea o estación dependiente, posiblemente de pescadores que se dedicaban a ahumar y comercializar el pescado con las poblaciones del interior, o incluso de asentamientos costeros mayores. Balao se ha fechado entre 860 y 1390 d.C.
Tonsupa: yacimiento investigado también por la Misión Arqueológica Española en los años 70, que aportó datos de interés para definir la fase Atacames.
En la cuenca del mismo estero y colinas circundantes se localizaron otros yacimientos pertenecientes a la fase Balao: Totumo (E-18), Talambó (E-19), Cangrejo (E-20), Arenas (E-21), El Maizal (E-22), etc.
TUNCAHUAN
La cultura de la fase Tuncahuán prosperó en las tierras altas centrales de Ecuador, cerca de la moderna ciudad de Riobamba, y se cree que se remonta de 500 AC a 500 DC.
Se ha hecho muy poca investigación arqueológica en esta región de Ecuador y todavía nos falta mucho que aprender de su prehistoria.
El primero en describir la fase Tuncahuán fue el arqueólogo ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño a principios del siglo XX, basándose en su investigación de cinco tumbas en un cementerio.
Todas las tumbas, con excepción de una que era de un niño, contenían artículos funerarios de cerámica y de cobre.
La cerámica de esta fase suele estar decorada con pintura blanca, un engobe rojo y pintura negativa en varias combinaciones diferentes.
Un recipiente Tuncahuán en la colección de SFU es una fuente con pedestal, o compotera, con una base alta anular que soporta una fuente sencilla sin restricciones. La base alta ha sido decorada con recortes, incisiones y engobe crema. La fuente misma está engobada en crema en el interior y en rojo en el borde extendiéndose literalmente hacia abajo en el borde exterior. Es interesante notar que existe una huella de una mano en el interior de la fuente que pudo haber sido hecha por el alfarero cuando la recogió y su mano estaba húmeda con el engobe blanco.
Como no hay excavaciones en los sitios actualmente ocupados de la fase Tuncahuán, los arqueólogos saben muy poco sobre la forma de vida de la gente que produjo estas cerámicas.
MILAGRO -QUEVEDO
La Cultura Milagro-Quevedo existió desde aproximadamente 500 d. C., hasta la llegada de la invasión española alrededor del año 1500 d. C. Esta cultura prehispánica ocupó la zona comprendida entre las estribaciones occidentales de la cordillera de los Andes y las colinas del litoral ecuatoriano, constituyendo, con los Atacames, Jama II y Manteño-Huancavilca las últimas culturas en la costa ecuatoriana antes de la llegada de los primeros españoles en 1526, con quienes se iniciará el periodo creatacio de conquista y colonización.
Milagro-Quevedo constituye una de las culturas precolombinas que mayores territorios ocupó, pues su expansión comprendió todo el sistema fluvial del Guayas incluyendo sus dos grandes ríos Daule y Babahoyo, y todos sus afluentes.
Se definían étnicamente como chonos, sus miembros fueron consumados orfebres que trabajaron delicadamente el oro y la plata, y llevaban para su adorno personal hasta doce aretes (seis en cada oreja), no solo en el lóbulo sino alrededor del pabellón.
Uno de los rasgos que caracterizaban a esta cultura y quizá el más destacado fue la existencia de un gran número de Tolas en casi todo el territorio que ocuparon.1 A menudo estas Tolas se encuentran en grupos, pero las hay también aisladas. Los tamaños son variables, así como sus formas. Las más pequeñas suelen medir unos 10 metros de diámetro por apenas solo dos de altura, mientras que las más grandes pueden tener dimensiones impresionantes: más de 100 metros de longitud por unos 30 de altura y sobrepasando los 10 de altura.2
La cultura ocupó los territorios actuales de las provincias del Guayas, Los Ríos y El Oro. Sus trabajos en cerámicas son muy variados con representaciones de serpientes, ranas, lechuzas y otros anfibios.3
SOCIEDADES DE INTERCAMBIO
Entrando en el año quinientos de nuestra era los arqueólogos han detectado un proceso de Integración en las tierras del Norte Andino. Las unidades políticas previas fueron consolidando confederaciones y alianzas de corte más estable entre ellas, constituyéndose esta forma cacicazgo o curacazgos que también han sido denominados señoríos étnicos. Unos llegaron a ser grandes unidades políticas en las que se habían integrado varios cacicazgos, en tanto que otros mantuvieron sus proporciones más bien pequeñas. Las formas de constitución de estos señoríos fueron alianzas guerreras, consolidadas mediante complejos sistemas de parentesco y pertenencia étnica. Los señoríos étnicos se implantaban sobre la estructura de la producción comunitaria. No se daba en ellos una apropiación privada de los medios de producción ya que la tierra, fundamentalmente, era propiedad común. Se había logrado mayor productividad y coordinación de las actividades económicas, sociales y religiosas. Son muy conocidos los hermosos objetos en oro y platino correspondiente a las fases Tumaco La Tolita y Capulí, Piertal, a ambos lados de la frontera Colombo ecuatoriana. Los datos históricos señalan que la isla Puná, fue un importante centro de orfebrería. El territorio cañarí obtuvo, gracias a la compra venta de la concha spondylus, cobre y plata, metales cuyo uso, conjuntamente con el oro procedente de los ríos orientales, posibilitó el desarrollo de sofisticadas técnicas de orfebrería como el procedimiento de la “cera perdida”.
TOLITA
Los pueblos La Tolita vivieron entre el 350 ANE. y el 350 NE., en la Costa norte del Ecuador a lo largo de la provincia de Esmeraldas y se extendieron hacia la región de Tumaco en el departamento de Nariño, en Colombia.
Esta región se caracteriza por ser boscosa, húmeda, por la presencia del manglar, las lluvias abundantes a lo largo del año y una gran variedad de flora y fauna. La atraviesan anchos ríos navegables y numerosas islas en las zonas de desembocadura. Precisamente, en la del río Santiago, se encuentra la isla de La Tolita, cuyo nombre proviene de las tolas allí presentes.
En el pasado, sobre sus cimas se construyeron templos de forma rectangular con techos inclinados y accesos con gradas que fueron usados tanto para el enterramiento como para la vivienda de personajes importantes. En las tumbas, los muertos, extendidos o de costado, llevaban como ajuar gran cantidad de objetos de metal y utilitarios.
Su economía giró en torno al cultivo, en campos elevados, de maíz, calabaza, ají, fréjol y yuca, pero también a la caza de sainos, jaguares, venados, armadillos y zarigüeyas y a la recolección de caracoles, tortugas, iguanas, peces y concha en el manglar.
La cerámica de La Tolita se caracterizó por el uso de una arcilla grisácea y arenosa en la elaboración de cántaros, jarros, vasos trípodes, sahumadores y ralladores de yuca.
Las figuras humanas se destacan por mostrar de forma realista diversas etapas de la vida, actividades cotidianas, figuras de sacerdotes, personajes de la élite y chamanes.
Los orfebres de La Tolita trabajaron el oro, la plata, el cobre y el platino para la elaboración de máscaras, brazaletes, anillos, colgantes, apliques para los labios, narigueras, diademas, alfileres y figuras en forma de jaguar o serpiente.
La isla la Tolita fue considerada como un gran centro ceremonial y el núcleo privilegiado para intercambios con grupos no sólo de la Sierra, sino también de las selvas trasandinas de donde obtenían la obsidiana, el cuarzo, la jadeíta y la esmeralda: piedras de un alto valor simbólico, empleadas en ceremonias y ritos chamánicos.
A juzgar por las representaciones en cerámica y orfebrería, la gente adoraba seres míticos, mitad humano y mitad caimán, jaguar o serpiente, considerados como deidades y espíritus protectores.
GUANGALA
Los Guangala habitaron en la península de Santa Elena, en la actual población de La Libertad, cerca de las desembocaduras de los ríos y en las lomas de las cordilleras de Chongón y Colonche, entre el 200 ANE. y el 800 NE..
Esencialmente, fueron agricultores de maíz y diversas cucurbitáceas, como el zapallo y la calabaza, y complementaron su dieta con la pesca de crustáceos como el camarón y el cangrejo de aguas profundas, la recolección de mariscos en los manglares y la caza de animales como ciervos, armadillos, tortugas y diversos tipos de monos.
Trabajaron el metal empleando técnicas como el martillado, repujado, fundición y soldadura para la elaboración de anzuelos de cobre, agujas y narigueras.
Son característicos los conchales, profundos depósitos con restos de crustáceos de donde obtenían la materia prima para la elaboración de un sinnúmero de collares, narigueras, apliques y orejeras en diversos tipos de concha como la madre perla y la Spondylus.
Asimismo tallaron la madera tanto para la construcción de canoas como para la elaboración de diversos collares, amuletos y herramientas de trabajo. Para hacerlo, utilizaban varias herramientas como cinceles de cobre arsenical, hachas, raspadores, conchas y cuchillos.
La cerámica, ahumada y de color crema, se caracteriza por una abundante y fina decoración incisa y policroma con motivos geométricos y lineales. Abundan representaciones de la vida silvestre en pequeños formatos que quizás sirvieron para el entretenimiento de sus niños. Los enterramientos presentan ofrendas compuestas por vasos cerámicos, pesas de redes, hachas de piedra, anzuelos, conchas, instrumentos musicales y recipientes para cal.
BAHIA
Las comunidades Bahía vivieron entre el 450 ANE. y el 700 NE.. en la Costa del Ecuador y se extendieron desde Bahía de Caráquez hacia el sur.
En medio de un paisaje predominantemente boscoso, con temporadas secas durante algunas épocas del año, practicaron la agricultura y la pesca como medios de subsistencia.
Los Bahía fueron grandes navegantes. Utilizaron balsas con vela para comunicarse con poblaciones vecinas como Guangala y La Tolita, con quienes compartieron algunas similitudes tecnológicas.
También las usaron para desplazarse hasta la Isla de la Plata, a unos 50 km de tierra firme. En esta isla, los arqueólogos han encontrado objetos de carácter ritual que sugieren que, en el pasado, funcionó como lugar de peregrinaje y centro ceremonial.
En sus enterramientos, depositaron gran cantidad de objetos simbólicos, especialmente figuras de cerámica de gran formato, concha Spondylus y huesos.
El estilo cerámico Bahía se caracterizó por representaciones de animales como la ardilla y el zorro, y por la fabricación de figuras humanas de gran tamaño que parecen chamanes o sacerdotes.
Por lo general, estos personajes se encuentran ricamente adornados con narigueras, orejeras y pectorales; sujetan en sus manos recipientes para cal y portan serpientes en sus cuerpos.
Las comunidades Bahía también trabajaron la piedra, la concha, el hueso y fibras naturales como el algodón con el que hilaron y tejieron finas mantas de uso cotidiano y ritual.
Construyeron sus casas con techo a dos aguas cerca de la playa, de manera ordenada, en grandes extensiones y sobre plataformas rectangulares.
Entre el 350 ANE. y el 1530 NE. las sociedades Jama-Coaque habitaron en la costa ecuatoriana desde el cabo de San Francisco hasta Bahía de Caráquez,
principalmente en los valles de Jama y Coaque. Vivieron en poblados
dispersos a lo largo de los valles de los ríos y construyeron centros
urbanos caracterizados por plazas, templos y edificios públicos.
De manera particular construyeron casas-templo de forma rectangular en las que el chamán realizaba ceremonias, ofrendas y atendía a su comunidad.
Su subsistencia dependió del cultivo de una variada cantidad de productos como el maíz, el fréjol, la yuca, el algodón y la calabaza, en las laderas de las colinas y en camellones o campos elevados.
Complementaron esta actividad con la pesca y la caza de animales como el armadillo, el jaguar, la tortuga y la zarigüeya.
La elaboración en cerámica de una gran cantidad de figuras humanas ricamente ataviadas y seres mitológicos profusamente adornados con serpientes, colmillos de jaguar y ojos de águila; decorados con aplicaciones coloreadas con pigmentos verde, amarillo, negro y blanco, sugiere la importancia que tenía el mundo ritual y ceremonial así como la existencia de una marcada diferenciación social.
La gran variedad de sellos o pintaderas, punzones y torteros nos hace pensar en la importancia y el gran nivel alcanzado en la elaboración de finos y decorados textiles. Los Jama-Coaque fueron además grandes orfebres. Mediante técnicas como el martillado y repujado de láminas de oro, elaboraron narigueras, orejeras, collares y placas colgantes.
MANTEÑO - HUANCAVILCA
Los Manteño-Guancavilca vivieron entre el 1100 al 1520 n.e. a lo largo de la Costa ecuatoriana, desde la isla Puná, frente al golfo de Guayaquil, hasta Bahía de Caráquez.
Su principal modo de subsistencia fue el cultivo de yuca, maíz, maní, tomates, ají, piña, aguacate y zapallo en camellones o campos elevados; la caza de diferentes animales como el venado y el saíno; y la cría doméstica de llamas y patos.
Asimismo, el mar, los esteros y el manglar les proveyeron de conchas, caracoles, crustáceos y peces.
Gracias a la construcción de grandes embarcaciones en palo de balsa, la llamada “liga de mercaderes” logró cubrir amplias rutas comerciales en las que intercambiaba bienes suntuarios como textiles, conchas Spondylus y adornos de madreperla por lapislázuli, turquesa y cobre.
Existieron grandes señoríos distribuidos en poblados dispersos gobernados por una autoridad central. En las antiguas poblaciones de Jocay, hoy conocida como Manta, Agua Blanca, Cerro Jaboncillo y Cerro de Hoja, construyeron casas de madera de diversos tamaños con techos de paja u hojas de palma, terraplenes y grandes centros ceremoniales, todas sobre basamentos de piedra. En estos sitios se han encontrado numerosos vestigios en piedra como las características sillas en forma de U y las estelas.
La cerámica de color negro ahumado contó con superficies muy pulidas, brillantes y decoradas mediante incisiones, escisiones y pastillaje. Entre las principales representaciones, se encuentran estatuillas masculinas y femeninas desnudas que muestran con detalle atuendos típicos y grandes señores generalmente sentados sobre bancos de poder. Se destacaron en la actividad textil. Prueba de ello son las agujas elaboradas en hueso, oro, plata y cobre; los torteros o fusayolas y la diversidad de faldas, camisas cortas y tapa-rabos de varios colores elaboradas en algodón y pelo de llama. También fueron grandes orfebres. Elaboraron piezas martilladas y repujadas como orejeras, narigueras y pectorales.
La Cultura Atacames es la expresión más septentrional del Período de Integración en Ecuador. Se ubica en la provincia de Esmeraldas, y ha sido definida fundamentalmente por las excavaciones arqueológicas de los sitios de Atacames, Balao y Tonsupa, todos en la línea de costa.
Atacames-Castelnuovo: Es el sitio en el que se definió la cultura que comentamos. La bahía de Atacames se abre en la costa a 20,5 Km. hacia el sur de la desembocadura del río Esmeraldas y tiene una extensión de 6 Km. El yacimiento ocupa unas 127 hectáreas, donde se localizaron 65 montículos habitacionales en la Hacienda Castelnuovo, aunque existen evidencias de otros muchos.
Dos son las tolas que destacan por el tipo de material asociado, E-69 y E-86, que incluyen artefactos de tipo ornamental o suntuario y ceremonial. Alcina sugiere que pudiera tratarse de templos; por otro lado, E-101 y E-86 también han servido de enterramientos.
Las investigaciones en este yacimiento principal, han permitido distinguir dos fases: Atacames Temprano (700-1100 d.C.) y Atacames Tardío (1100-1526 d.C.). En esta última se intensifican los rasgos ya delineados en la primera y se vincula con la fase Balao.
El asentamiento, tal y como fue visto por los españoles en 1527, era un gran poblado con 1000 ó 1500 casas, calles, plazas. Como manifestación expresa, aunque seguramente sobrevalorada, de esta copiosa población, comenta Xerez que, les "salieron a recibir más de diez mil indios de guerra" .
Balao (E-1): situado sobre un pequeño acantilado, junto al estero del mismo nombre, muestra un asentamiento de tipo disperso, en esto se diferencia de Atacames, además la ausencia de cerámica de lujo. La similitud de los tipos ordinarios con la de Atacames sugiere que se trata de una aldea o estación dependiente, posiblemente de pescadores que se dedicaban a ahumar y comercializar el pescado con las poblaciones del interior, o incluso de asentamientos costeros mayores. Balao se ha fechado entre 860 y 1390 d.C.
En la cuenca del mismo estero y colinas circundantes se localizaron otros yacimientos pertenecientes a la fase Balao: Totumo (E-18), Talambó (E-19), Cangrejo (E-20), Arenas (E-21), El Maizal (E-22), etc.
TUNCAHUAN
La cultura de la fase Tuncahuán prosperó en las tierras altas centrales de Ecuador, cerca de la moderna ciudad de Riobamba, y se cree que se remonta de 500 AC a 500 DC.
Se ha hecho muy poca investigación arqueológica en esta región de Ecuador y todavía nos falta mucho que aprender de su prehistoria.
El primero en describir la fase Tuncahuán fue el arqueólogo ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño a principios del siglo XX, basándose en su investigación de cinco tumbas en un cementerio.
Todas las tumbas, con excepción de una que era de un niño, contenían artículos funerarios de cerámica y de cobre.
La cerámica de esta fase suele estar decorada con pintura blanca, un engobe rojo y pintura negativa en varias combinaciones diferentes.
Un recipiente Tuncahuán en la colección de SFU es una fuente con pedestal, o compotera, con una base alta anular que soporta una fuente sencilla sin restricciones. La base alta ha sido decorada con recortes, incisiones y engobe crema. La fuente misma está engobada en crema en el interior y en rojo en el borde extendiéndose literalmente hacia abajo en el borde exterior. Es interesante notar que existe una huella de una mano en el interior de la fuente que pudo haber sido hecha por el alfarero cuando la recogió y su mano estaba húmeda con el engobe blanco.
Como no hay excavaciones en los sitios actualmente ocupados de la fase Tuncahuán, los arqueólogos saben muy poco sobre la forma de vida de la gente que produjo estas cerámicas.
MILAGRO -QUEVEDO
La Cultura Milagro-Quevedo existió desde aproximadamente 500 d. C., hasta la llegada de la invasión española alrededor del año 1500 d. C. Esta cultura prehispánica ocupó la zona comprendida entre las estribaciones occidentales de la cordillera de los Andes y las colinas del litoral ecuatoriano, constituyendo, con los Atacames, Jama II y Manteño-Huancavilca las últimas culturas en la costa ecuatoriana antes de la llegada de los primeros españoles en 1526, con quienes se iniciará el periodo creatacio de conquista y colonización.
Milagro-Quevedo constituye una de las culturas precolombinas que mayores territorios ocupó, pues su expansión comprendió todo el sistema fluvial del Guayas incluyendo sus dos grandes ríos Daule y Babahoyo, y todos sus afluentes.
Se definían étnicamente como chonos, sus miembros fueron consumados orfebres que trabajaron delicadamente el oro y la plata, y llevaban para su adorno personal hasta doce aretes (seis en cada oreja), no solo en el lóbulo sino alrededor del pabellón.
Uno de los rasgos que caracterizaban a esta cultura y quizá el más destacado fue la existencia de un gran número de Tolas en casi todo el territorio que ocuparon.1 A menudo estas Tolas se encuentran en grupos, pero las hay también aisladas. Los tamaños son variables, así como sus formas. Las más pequeñas suelen medir unos 10 metros de diámetro por apenas solo dos de altura, mientras que las más grandes pueden tener dimensiones impresionantes: más de 100 metros de longitud por unos 30 de altura y sobrepasando los 10 de altura.2
La cultura ocupó los territorios actuales de las provincias del Guayas, Los Ríos y El Oro. Sus trabajos en cerámicas son muy variados con representaciones de serpientes, ranas, lechuzas y otros anfibios.3
SOCIEDADES DE INTERCAMBIO
Entrando en el año quinientos de nuestra era los arqueólogos han detectado un proceso de Integración en las tierras del Norte Andino. Las unidades políticas previas fueron consolidando confederaciones y alianzas de corte más estable entre ellas, constituyéndose esta forma cacicazgo o curacazgos que también han sido denominados señoríos étnicos. Unos llegaron a ser grandes unidades políticas en las que se habían integrado varios cacicazgos, en tanto que otros mantuvieron sus proporciones más bien pequeñas. Las formas de constitución de estos señoríos fueron alianzas guerreras, consolidadas mediante complejos sistemas de parentesco y pertenencia étnica. Los señoríos étnicos se implantaban sobre la estructura de la producción comunitaria. No se daba en ellos una apropiación privada de los medios de producción ya que la tierra, fundamentalmente, era propiedad común. Se había logrado mayor productividad y coordinación de las actividades económicas, sociales y religiosas. Son muy conocidos los hermosos objetos en oro y platino correspondiente a las fases Tumaco La Tolita y Capulí, Piertal, a ambos lados de la frontera Colombo ecuatoriana. Los datos históricos señalan que la isla Puná, fue un importante centro de orfebrería. El territorio cañarí obtuvo, gracias a la compra venta de la concha spondylus, cobre y plata, metales cuyo uso, conjuntamente con el oro procedente de los ríos orientales, posibilitó el desarrollo de sofisticadas técnicas de orfebrería como el procedimiento de la “cera perdida”.
TOLITA
Los pueblos La Tolita vivieron entre el 350 ANE. y el 350 NE., en la Costa norte del Ecuador a lo largo de la provincia de Esmeraldas y se extendieron hacia la región de Tumaco en el departamento de Nariño, en Colombia.
Esta región se caracteriza por ser boscosa, húmeda, por la presencia del manglar, las lluvias abundantes a lo largo del año y una gran variedad de flora y fauna. La atraviesan anchos ríos navegables y numerosas islas en las zonas de desembocadura. Precisamente, en la del río Santiago, se encuentra la isla de La Tolita, cuyo nombre proviene de las tolas allí presentes.
En el pasado, sobre sus cimas se construyeron templos de forma rectangular con techos inclinados y accesos con gradas que fueron usados tanto para el enterramiento como para la vivienda de personajes importantes. En las tumbas, los muertos, extendidos o de costado, llevaban como ajuar gran cantidad de objetos de metal y utilitarios.
Su economía giró en torno al cultivo, en campos elevados, de maíz, calabaza, ají, fréjol y yuca, pero también a la caza de sainos, jaguares, venados, armadillos y zarigüeyas y a la recolección de caracoles, tortugas, iguanas, peces y concha en el manglar.
La cerámica de La Tolita se caracterizó por el uso de una arcilla grisácea y arenosa en la elaboración de cántaros, jarros, vasos trípodes, sahumadores y ralladores de yuca.
Las figuras humanas se destacan por mostrar de forma realista diversas etapas de la vida, actividades cotidianas, figuras de sacerdotes, personajes de la élite y chamanes.
Los orfebres de La Tolita trabajaron el oro, la plata, el cobre y el platino para la elaboración de máscaras, brazaletes, anillos, colgantes, apliques para los labios, narigueras, diademas, alfileres y figuras en forma de jaguar o serpiente.
La isla la Tolita fue considerada como un gran centro ceremonial y el núcleo privilegiado para intercambios con grupos no sólo de la Sierra, sino también de las selvas trasandinas de donde obtenían la obsidiana, el cuarzo, la jadeíta y la esmeralda: piedras de un alto valor simbólico, empleadas en ceremonias y ritos chamánicos.
A juzgar por las representaciones en cerámica y orfebrería, la gente adoraba seres míticos, mitad humano y mitad caimán, jaguar o serpiente, considerados como deidades y espíritus protectores.
GUANGALA
Los Guangala habitaron en la península de Santa Elena, en la actual población de La Libertad, cerca de las desembocaduras de los ríos y en las lomas de las cordilleras de Chongón y Colonche, entre el 200 ANE. y el 800 NE..
Esencialmente, fueron agricultores de maíz y diversas cucurbitáceas, como el zapallo y la calabaza, y complementaron su dieta con la pesca de crustáceos como el camarón y el cangrejo de aguas profundas, la recolección de mariscos en los manglares y la caza de animales como ciervos, armadillos, tortugas y diversos tipos de monos.
Trabajaron el metal empleando técnicas como el martillado, repujado, fundición y soldadura para la elaboración de anzuelos de cobre, agujas y narigueras.
Son característicos los conchales, profundos depósitos con restos de crustáceos de donde obtenían la materia prima para la elaboración de un sinnúmero de collares, narigueras, apliques y orejeras en diversos tipos de concha como la madre perla y la Spondylus.
Asimismo tallaron la madera tanto para la construcción de canoas como para la elaboración de diversos collares, amuletos y herramientas de trabajo. Para hacerlo, utilizaban varias herramientas como cinceles de cobre arsenical, hachas, raspadores, conchas y cuchillos.
La cerámica, ahumada y de color crema, se caracteriza por una abundante y fina decoración incisa y policroma con motivos geométricos y lineales. Abundan representaciones de la vida silvestre en pequeños formatos que quizás sirvieron para el entretenimiento de sus niños. Los enterramientos presentan ofrendas compuestas por vasos cerámicos, pesas de redes, hachas de piedra, anzuelos, conchas, instrumentos musicales y recipientes para cal.
BAHIA
Las comunidades Bahía vivieron entre el 450 ANE. y el 700 NE.. en la Costa del Ecuador y se extendieron desde Bahía de Caráquez hacia el sur.
En medio de un paisaje predominantemente boscoso, con temporadas secas durante algunas épocas del año, practicaron la agricultura y la pesca como medios de subsistencia.
Los Bahía fueron grandes navegantes. Utilizaron balsas con vela para comunicarse con poblaciones vecinas como Guangala y La Tolita, con quienes compartieron algunas similitudes tecnológicas.
También las usaron para desplazarse hasta la Isla de la Plata, a unos 50 km de tierra firme. En esta isla, los arqueólogos han encontrado objetos de carácter ritual que sugieren que, en el pasado, funcionó como lugar de peregrinaje y centro ceremonial.
En sus enterramientos, depositaron gran cantidad de objetos simbólicos, especialmente figuras de cerámica de gran formato, concha Spondylus y huesos.
El estilo cerámico Bahía se caracterizó por representaciones de animales como la ardilla y el zorro, y por la fabricación de figuras humanas de gran tamaño que parecen chamanes o sacerdotes.
Por lo general, estos personajes se encuentran ricamente adornados con narigueras, orejeras y pectorales; sujetan en sus manos recipientes para cal y portan serpientes en sus cuerpos.
Las comunidades Bahía también trabajaron la piedra, la concha, el hueso y fibras naturales como el algodón con el que hilaron y tejieron finas mantas de uso cotidiano y ritual.
Construyeron sus casas con techo a dos aguas cerca de la playa, de manera ordenada, en grandes extensiones y sobre plataformas rectangulares.
JAMA - COAQUE
De manera particular construyeron casas-templo de forma rectangular en las que el chamán realizaba ceremonias, ofrendas y atendía a su comunidad.
Su subsistencia dependió del cultivo de una variada cantidad de productos como el maíz, el fréjol, la yuca, el algodón y la calabaza, en las laderas de las colinas y en camellones o campos elevados.
Complementaron esta actividad con la pesca y la caza de animales como el armadillo, el jaguar, la tortuga y la zarigüeya.
La elaboración en cerámica de una gran cantidad de figuras humanas ricamente ataviadas y seres mitológicos profusamente adornados con serpientes, colmillos de jaguar y ojos de águila; decorados con aplicaciones coloreadas con pigmentos verde, amarillo, negro y blanco, sugiere la importancia que tenía el mundo ritual y ceremonial así como la existencia de una marcada diferenciación social.
La gran variedad de sellos o pintaderas, punzones y torteros nos hace pensar en la importancia y el gran nivel alcanzado en la elaboración de finos y decorados textiles. Los Jama-Coaque fueron además grandes orfebres. Mediante técnicas como el martillado y repujado de láminas de oro, elaboraron narigueras, orejeras, collares y placas colgantes.
MANTEÑO - HUANCAVILCA
Los Manteño-Guancavilca vivieron entre el 1100 al 1520 n.e. a lo largo de la Costa ecuatoriana, desde la isla Puná, frente al golfo de Guayaquil, hasta Bahía de Caráquez.
Su principal modo de subsistencia fue el cultivo de yuca, maíz, maní, tomates, ají, piña, aguacate y zapallo en camellones o campos elevados; la caza de diferentes animales como el venado y el saíno; y la cría doméstica de llamas y patos.
Asimismo, el mar, los esteros y el manglar les proveyeron de conchas, caracoles, crustáceos y peces.
Gracias a la construcción de grandes embarcaciones en palo de balsa, la llamada “liga de mercaderes” logró cubrir amplias rutas comerciales en las que intercambiaba bienes suntuarios como textiles, conchas Spondylus y adornos de madreperla por lapislázuli, turquesa y cobre.
Existieron grandes señoríos distribuidos en poblados dispersos gobernados por una autoridad central. En las antiguas poblaciones de Jocay, hoy conocida como Manta, Agua Blanca, Cerro Jaboncillo y Cerro de Hoja, construyeron casas de madera de diversos tamaños con techos de paja u hojas de palma, terraplenes y grandes centros ceremoniales, todas sobre basamentos de piedra. En estos sitios se han encontrado numerosos vestigios en piedra como las características sillas en forma de U y las estelas.
La cerámica de color negro ahumado contó con superficies muy pulidas, brillantes y decoradas mediante incisiones, escisiones y pastillaje. Entre las principales representaciones, se encuentran estatuillas masculinas y femeninas desnudas que muestran con detalle atuendos típicos y grandes señores generalmente sentados sobre bancos de poder. Se destacaron en la actividad textil. Prueba de ello son las agujas elaboradas en hueso, oro, plata y cobre; los torteros o fusayolas y la diversidad de faldas, camisas cortas y tapa-rabos de varios colores elaboradas en algodón y pelo de llama. También fueron grandes orfebres. Elaboraron piezas martilladas y repujadas como orejeras, narigueras y pectorales.
PURUHAES
Entre los años 1250 y 1530 N.E., en las actuales provincias de Chimborazo y Tungurahua, vivieron los Puruhá.
En medio de un paisaje predominantemente abrupto y frío, enmarcado por los volcanes Chimborazo y Tungurahua construyeron sus casas en forma rectangular con piedra laja o tapia pisada, techo de paja y rodeadas por cercas de cabuya o pita.
Los hombres vestían mantas de lana hasta las piernas, mientras que las mujeres utilizaban anacos o faldas que amarraban con un fajón a la cintura.
Fabricaron jarros, platos y copas en cerámica; todos en forma de cabezas dramáticas y estilizadas que hacen alusión a temas relacionados con el poder y la fertilidad.
También fueron grandes metalurgistas. Elaboraron gran cantidad de adornos personales en cobre como tupos, orejeras, narigueras, diademas y coronas; herramientas para el trabajo de la tierra como puntas de proyectil y hachas; y armas para la guerra como propulsores o lanzadardos.
Basaron su economía en el cultivo de hortalizas, fréjoles, papa y maíz para lo cual construyeron acequias de riego, criaron cuy y llamas, cazaron venados y aves e intercambiaron productos como cabuya por sal y algodón con las tierras bajas de occidente.